La Chocósfera: febrero 2009

En mi pequeña ciudad, el portero de una casa tararea sin parar
Una cancion que ni él conoce...
Mientras veo gente pasar, gente tan corriente, tan hermosa, tan normal
Que es dificil de encontrar...

La primavera llega con dificultad, pero huele a hierba
Y en las aceras puede sentirse...
Hay un cierto olor a amor en la ciudad

La primavera - Hombres G

La pregunta obligada por los amigos cuando voy a Tabasco es "¿Ya te acostumbraste al DF?", a ojo de buen cubero, si encuentro a alguno de ellos que no haya visto en los últimos 18 meses existe un 90 % de probabilidades de que dispare la pregunta anterior. La segunda y la tercera van tambien por esos rumbos: "¿No extrañas Villahermosa (o Cd. del Carmen, o en su momento Chihuahua)?" y "¿Cuándo te regresas a vivir por acá?".

Seré honesto, no me cuesta trabajo vivir en el DF. De hecho le tengo cariño a la ciudad y a sus habitantes. Sé que quizá alguien que esté leyendo la anterior frase argumentará "¿Querer a los chilangos?". Es que al final del día sólo puedes sentir simpatía cuando te das cuenta de todo lo que una persona sufre (la mayoría) aquí en esta ciudad cuando tiene que moverse en transporte público abarrotado, con una inseguridad terrible (bueno, yo me siento más seguro en el DF que en Tabasco o en Chihuahua por ejemplo), con contaminación de cualquier tipo, con problemas de agua, marchas, etc. No queda de otra más que solidarizarte con los defeños. Y para entender eso tienes que vivirlo. Ahora que la ciudad de México no es fea, ni todos sus habitantes unos abusivos. Es como en todos los lugares donde he vivido, estereotipos: El veracruzano desmadroso, el choco peleonero, el campechano huevas, el chihuahueño codo y violento... es cuestión de dejar esos clichés, perdidos en el camino.

Pero ya me desvié del tema. Comentaba que no se me hace difícil vivir aquí, y definitivamente extraño Villahermosa. En algún momento pensé que era sólo por la familia, por los amigos, por mi historia con la ciudad. Pero no, resulta que tambien se incluye la gente, el verde por doquier, creo que hasta el calor.

Tanto extraño, que en esta semana de trabajo en casa, me la he pasado escuchando radio tabasqueña por internet (anoténle telerreportaje, noticias en flash, panorama Tabasco, etc.). Y el simple hecho de estar escuchando noticias de lo más cercano que tengo a mis raíces, me hace sentirme allá, con mis 30 y pico de calor y 80 % de humedad. Si pudieras querido lector, amable lectora ver la sonrisa que tengo dibujada en el rostro mientras escribo estas líneas.

Cuando era adolescente y pasaba los fines de semana con los abuelos, no entendía por qué en los diferentes programas de radio que ellos escuchaban, había mucha gente que no viviendo en el estado enviaban felicitaciones o saludos o noticias desde otras partes del país ( y creánme, no había internet). De recién egresado definitivamente seguía sin entender como en esos momentos llegaban mensajes incluso del extranjero...

Ahora que estoy a mil kilometros de distancia y a una hora en avión, lo entiendo. Y extraño estar allá. Eso es lo divertido.

La parte triste, es la respuesta a la tercera pregunta: "¿Cuándo te regresas a vivir por acá?"... Yo creo que nunca... hay muchas cosas por hacer, y hay que hacerlas en otros lados, porque allá no se puede.

Pero al menos en esta semana, antes de apagar la luz, en esos momentos donde no estás completamente dormido pero tampoco estás despierto, me quedo pensando cuanto extraño el estado.

Y cuanto me gustaría algún día regresar al verde y al agua...