Indolencia, perversidad y una historia indignante cortesía de la UJAT

Ayer en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco inició el curso de inducción a la universidad, este curso tiene una duración de una semana y tiene como objetivo el iniciar a los estudiantes de nuevo ingreso a la vida universitaria en la máxima casa de estudios del estado de Tabasco. Y es también una oportunidad para los estudiantes de los últimos semestres para aprovecharse de la relativa inocencia de quienes inician apenas su educación superior.

Hace alrededor de cuatro años los profesores de la universidad eran quienes se encargaban de mostrar a los estudiantes de nuevo ingreso el funcionamiento de la universidad: les explicaban el funcionamiento de la biblioteca, de los centros de cómputo y fotocopiado así como explicarles la manera como se evalúan las asignaturas de acuerdo a los estándares que toda institución educativa de prestigio debe poseer. Sin embargo, hoy las cosas se hacen de un modo distinto, un grupo de pasantes de las carreras que se imparten en la respectiva división tiene la misión de promover una educación de calidad al mismo tiempo que explican a sus futuros colegas los pormenores de su nueva vida institucional. Quizás en un mundo ideal esto habría funcionado.

El día de hoy, en el primer día del Curso de Inducción de la carrera de medicina de la División Académica de Ciencias de la Salud de la UJAT, durante el turno vespertino un grupo de alrededor de cuarenta estudiantes de nuevo ingreso fue instado a despojarse de sus ropas por cuatro estudiantes de su misma división. Literalmente, y bajo la excusa de que se trataba de una dinámica grupal, dos hombres y dos mujeres quienes estaban a cargo de dirigir el curso trataron de convencer a aquellos estudiantes cuyo ingreso a una nueva institución educativa deberían hacer más sencillo, de mostrarse ante ellos de la misma forma como vinieron al mundo. Ahora dejaré unos segundos que asimilen esta imagen y sientan la misma rabia e indignación que yo.

No entraré en detalles de cómo esta información llegó a mis manos, pues la exposición del nombre de mi fuente podría someter a esta persona a presiones académicas que realmente no necesita. Solo diré lo siguiente: ¿Cómo es posible que esto suceda? ¿Por qué ninguna autoridad supervisa a los instructores responsables de los cursos? ¿Quién y cómo son elegidos los responables de conducir estas actividades?

La forma como estos depredadores sexuales opera es basándose en la vergüenza que sus mismos actos provoca en sus víctimas para mantenerse en operación. El silencio nos hace cómplices. Quien quiera que alguna vez haya sido víctima de algo similar tiene el deber de hacer una denuncia, mi parte es hacer que esta historia se conozca, y veré que se dé parte a las autoridades competentes. Y a riesgo de sonar como comercial de tres pesos: no nos quedemos callados.

Actualización. 09/08/06
Se ha sugerido que esto quizás haya sido una novatada que llegó demasiado lejos. Las clásicas novatadas universitarias (las cuales no defiendo) se tratan de la humillación pública, es un espectáculo con el fin de la degradación de 'los nuevos' ante los estudiantes de mayor antigüedad, o simplemente ante quien quiera observar como es el caso del desfile de la perrada que menciona Hugo en su comentario. Esto fue algo distinto.

Los cuatro estudiantes, dos hombres llamados César y Luis, más dos mujeres ambas de nombre Teresita de Jesús comentaron que la 'dinámica' había sido propuesta por el profesor Carrera Carrera (responsable del programa) y que incluso él la había aplicado a ellos en su tiempo.

Ya se ha informado del hecho a una persona con capacidad mediática (labora en el diario olmeca) y la nota está en proceso de hacerse pública (gracias al Cherno por su apoyo en esto).