Cómo perder 10 minutos de tu vida ( y no morir en el intento)

Mi padre era un hombre valiente... no le tenía miedo a nada... sólo a los Pend****... porque son muchos
Facundo Cabral

Hay cosas que odio... no con el odio vano y superfluo del resentimiento contra mi jefe por hacerme modificar detalles nimios a reportes de bases de datos gigantescas, no es el resentimiento mordaz a la gente que se mete a las colas de los bancos en plena quincena, ni tampoco la ira infernal que raya en violencia y que me invade cuando veo a un mimo, no... me refiero al odio puro y abyecto. La confirmación y manifestación de que fuerzas oscuras operan "underground" en mi psique.

Una de esas cosas que tanto odio son las cadenas de correo electrónico. Son como untarse mermelada de medusa marina en la entrepierna. El equivalente a estar durmiendo un domingo a las 7 de la mañana después de Juevebes, beViernes, y Sábadosporunobebidanacional y que una parvada de imbéciles toquen el maldito timbre de la casa, sólo para hacerte saber que Dios es amor... "Carajo, eso ya lo sé, si me dijeras que mañana se rompen los 7 sellos, que Elvis era una manifestación del Metatrón, o que la Ecuación Drake y la Paradoja Fermi acaban de encontrar "algo"pues eso sí sería interesante" piensas mientras mentalmente te preguntas dónde comprar mínimo un rifle de diábolos.

Y lo que más odio de las cadenas... es que sean estúpidas...

En serio, yo respeto creencias religiosas. Al final de cuentas cada quien es libre de creer en el Santo Niño Fidencio, en Ganesha el dios cabeza de elefante, en La Fuerza, o en el Osito Bimbo. Eso no lo discuto. La Fé no la discutes, porque es eso: Fé, una cuestión de creer más alla de las evidencias físicas y científicas. Pero las cuestiones de la vida real, por llamarles así, son otra cosa.

Hoy un "amigo" me envió una cadena en la cual se relacionaba al congresista James Sensenbrenner (famoso por la propuesta HR-47 de acción contra los migrantes ilegales) con la compañía Kimberly & Clark. Para no hacerla muy larga, en la cadena pedían el apoyo para no comprar productos de ésta compañía pues "cada vez que uno de nosotros compra uno de sus productos, significa incrementar su riqueza para que nos siga atacando, a la vez que demuestras cuan ignorante eres [...] Por favor no demuestres ignorancia comprando los productos de éste individuo. Demuestra que no eres ignorante e indolente."

Supongo que no es necesario decir que se cumplieron dos objetivos necesarios para que la furia descendiera sobre mí: 1.- me enviaron una cadena... 2.- para acabarlas de jorobar, una cadena estúpida. No soy el tipo que escribe respuestas a las cadenas... si acaso me da por inscribir el correo electrónico del imbécil que me envió esa pérdida de tiempo en algún sitio ruso de sodomitas. Pero hoy no me aguanté. Así que antes que mi amistad de 17 años de duración se vaya al cuerno por no comprender mi sensibilidad ante semejantes basuras electrónicas, le redacté lo siguiente:

Volvemos a lo mismo. Sólo se atacan los síntomas no la enfermedad.

Kimberly Clark de México es una compañía que no tiene 10 o 15 años en el país. Y que seguramente le da trabajo a una gran cantidad de personas.

Si de lo que se trata es de que mandemos más connacionales a E.U. porque aquí no hay oportunidades de trabajo, pues adelante: "Boicot a esa empresa malvada que tiene alguna relación con Mr. Sensenbrenner...", "Nuestro dinero no debe de caer en el bolsillo de esos perros transnacionales que sólo vienen a saquearnos", "crucifíquenlo, crucifíquenlo...liberen a Barrabás..."

Pero si de lo que se trata es de mantener la inversión (extranjera o nacional) que le dá de comer a n-mil gentes y que mantiene todo un ciclo de generación de empleos directos e indirectos, pues mejor echémosle un poco de cabeza al asunto, nos guste o no éstas son las reglas del juego globalizado.

Prefiero comprar mis Kleenex o mis libretas Scribe (que no nos hagamos weyes, las utilizamos TODOS en algún momento de nuestra vida) que comprar una idea que es más un problema que una solución... porque de indignación no viven los desempleados.

Saludos a todos

Taz...

El punto no es que Mr. Sensenbrenner tenga o no tenga lana invertida en la compañía. Hasta donde investigué Kimberly & Clark lo reconoce como accionista minoritario. Pero aunque fuera el dueño, lo importante es que dejar de comprar productos porque a algún tipo con mucho tiempo libre (y mal gusto para diseñar diapositivas de Power Point) se le ocurrió la maravillosa idea de boicotear una empresa sin antes investigar, analizar, y sopesar las consecuencias de sus acciones se me hace odiosamente tonto e irresponsable.

Aunque puede que después de todo, sí sea un resentido con la vida.